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domingo, 15 de junio de 2008

Caballos en mi taza de café



































H
e llegado un poco tarde

a las 5:30 del café, y he levantado
esta tibia taza de modo
que levanto incluso el corazón.
He levantado la negra taza de beber,
y sin querer han entrado con tajo
azul sobre el pecho caballos,
caballos empuñados locos
pisando sangres,
caballos empuñados locos
hasta el filo unívocos,
caballos empuñados locos
contra esta taza relinchando
como un humillo,
o como una herida,
sobre mi negro sorbo todavía...

He aguardado
―cigarrillo en boca―
el estrago de todo cuerpo
sobre espejos besados.

¡Y sí!
Temo haberte fallado, padre;
el no haber sido suficiente
umbral dispuesto ante
¡tu hábito preciso de ser cuchillo!

Temo haber
decepcionado a ese otro,
¡que impenitente viene
preguntando por mí desde otras muertes!

Temo, simplemente, doler
como un tajo de crines sobre las cosas puras,
¡como un corazón
sitiando al corazón!

He llegado un poco tarde,
y he encontrado mi cuerpo
en la esquina más lámpara
del café: cucharilla y soledad y taza entre las manos.

Y sin embargo, he traído una
naranja doblada
en mi bolsillo,
para ofrecértela y distraerte
cuando decidas,
Dios mío,
tomarme por estas manos,
¡y disfrazar conmigo niebla a niebla
también tu grito!

(En: Hormigas en el pecho)

Ronald Campos López, costarricense.

Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

¿Conocía usted sobre la poesía trascendentalista costarricense?

¿Cómo califica la poesía trasdendentalista de Ronald Campos?

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