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domingo, 2 de mayo de 2010

¡NAVAJA DE LUCIÉRNAGAS! ¡Disponible ya!

¡EN VENTA! Ya podés adquirir el nuevo poemario de Ronald Campos: NAVAJA DE LUCIÉRNAGAS, en todas las librerías de la UNED, en San José y Heredia. Un canto al amor y erotismo gay, sin prejuicios sociales ni estéticos ¡Cómpralo ya!

jueves, 31 de diciembre de 2009

Reverencia al amor




Tócame.
Tú pediste el adiós.
Tan lenta e indecisamente me pediste
el adiós.

Tócame,
toma esta llave.
¡Y atraviesa mi cuarto insospechado!,

¡porque es hoy mi piel la que busca tu hombro!,
¡la mano frente a lo antes nunca amado!
Temor súbitamente de rodillas
¡mordiendo soledad, mordiendo labio!:
¡Tus labios…!

Si el amor no eres tú,

¿quién cumplirá dócilmente tras la muerte?

Tócame.

Yo soy quien se ha equivocado:
He demostrado amarte.



(En: Navaja de luciérnagas,
próximamente edición EUNED 2010)

Hacernos al amor...






Llego, y desnudo estás.

¡Tocándote como un muchacho
ebrio de dioses totalmente!
Aspiro tu olor de hombre
recién duchado.
¡Aspiro las flores
invisibles saltando de tus poros!
Si enamorabas con nimbadas
naranjas tus pezones.
¡Si con rosas, con sándalo!
¡Con violetas maceradas y azucenas; tulipanes!
Todo yace en equilibrio
bajo tu bóxer encendido.
Y sacudes el agua
de tu lomo cobrizo.
¡Friccionas tu cuello con esa tu mano
que desde allí me sueña!
Hurgando los rincones
de tu espalda, de tus nalgas.
¡Hurgando delicioso
tus caderas de arcángel vestidas ya de mundo!
Tu pelo, brisa

idéntica a lejanías.

¡Tu cuello convocado a la muerte, luz pausada!
Tus vellos, ráfaga de carne.
¡Tu pene como un río que viniera

desde extintas manos a morir sobre mi espalda!


Llego, ¡y con mi boca abro

sujetándote el candado del aire

entre tus piernas!

Acuclillada tu entrepierna…
¡Acuclillada como un cáliz, una hostia,
a donde llevas, ay, lentamente mi cabeza!

No cometas en mí
el peor de tus silencios.
Somos la vaciedad
tan ciega de esta tarde.

Después de todo, amor,
somos más antiguos que el instante de morir
amándonos.



(En: Navaja de luciérnagas,
próximamente edición EUNED 2010)

viernes, 12 de septiembre de 2008

BREVE NOCIÓN ESTÉTICA E IDEOLÓGICA


El trascendentalismo corresponde a una experiencia estética que busca la revelación de lo metafísico del ser humano, por medio del lenguaje poético, en medio de un mundo cada vez más desacralizado. Es conveniente aclarar que el uso del concepto "trascendental" no representa precisamente una preocupación metafísica u ontológica; ello sería adaptar la poesía a los valores y medios particulares de la filosofía. El concepto trascendental no parte en la poesía de la especulación, propia de la filosofía, sino de la vivencia trascendental conseguida a partir de la forma del poema para llegar al lector.

El trascendentalismo nace como movimiento literario en Costa Rica a partir de la publicación del Manifiesto Trascendentalista, en 1977. Sus autores Laureano Albán, Julieta Dobles, Carlos Francisco Monge y Ronald Bonilla concibieron una poética cuyo fin es ultraliterario: Incorporarse al ser, trascender la estructura literaria y convertir el poema en vivencia trascendental para llegar al lector.

Desde mi poética y relectura del Manifiesto Trascendentalista, considero que la liberación de todo espacio interior se logra por medio de la poesía, por medio de la inevitable revelación alcanzada entre la intuición trascendental con que el poema acoge, desapercibida, la experiencia del otro y la liberación expresiva del lenguaje. En el lenguaje coloquial, la metáfora manifiesta una presencia constante. Esto se debe a que, en ocasiones, resulta imposible no usarla, porque la metáfora siempre obedece a la ineludible necesidad de expresar cuanto no posee equivalente en el lenguaje directo y conceptual. En fin, la poesía, dijo Federico García Lorca, se defiende con dificultad de la inteligencia. La poesía ha trocado en sus mejores instantes la indefectible fenomenología de lo racional por el sentido mayor de todo ser: el misterio. En un esfuerzo por superar las cárceles comunes del lenguaje, muchos se han perdido. Esta es la primera trasgresión del poeta.

Lo trascendental compréndase como una actitud a partir de la experiencia vital del ser humano, una resignificación del mundo, un cambio íntimo a partir de una experiencia estética, donde el lenguaje, en tanto mostración reveltiva, provoca en el lector lo conocido por los antiguos griegos como el thauma: el sentido de nulidad, éxtasis o descubrimiento frente a la revelación de lo hierático, lo metafísico y vivencial permanente en el ser humano. Es decir, en tanto el lector experimente, a través del poema, una anagnórisis (un reconocimiento) de su condición cósmica y sagrada, habrá alcanzado, entonces, su infinita sustancialidad el poema. Esta es la segunda trasgresión del poeta.

Hörderling dijo: "Es poéticamente como el hombre habita la tierra." Este tan sólo es un esbozo de un paradigma, más que personal, el de un grupo unido por el mismo. Nuestro ideal muy pocas veces ha sido comprendido como tal: "La poesía es la verdad de las almas despiertas."

domingo, 15 de junio de 2008

Caballos en mi taza de café



































H
e llegado un poco tarde

a las 5:30 del café, y he levantado
esta tibia taza de modo
que levanto incluso el corazón.
He levantado la negra taza de beber,
y sin querer han entrado con tajo
azul sobre el pecho caballos,
caballos empuñados locos
pisando sangres,
caballos empuñados locos
hasta el filo unívocos,
caballos empuñados locos
contra esta taza relinchando
como un humillo,
o como una herida,
sobre mi negro sorbo todavía...

He aguardado
―cigarrillo en boca―
el estrago de todo cuerpo
sobre espejos besados.

¡Y sí!
Temo haberte fallado, padre;
el no haber sido suficiente
umbral dispuesto ante
¡tu hábito preciso de ser cuchillo!

Temo haber
decepcionado a ese otro,
¡que impenitente viene
preguntando por mí desde otras muertes!

Temo, simplemente, doler
como un tajo de crines sobre las cosas puras,
¡como un corazón
sitiando al corazón!

He llegado un poco tarde,
y he encontrado mi cuerpo
en la esquina más lámpara
del café: cucharilla y soledad y taza entre las manos.

Y sin embargo, he traído una
naranja doblada
en mi bolsillo,
para ofrecértela y distraerte
cuando decidas,
Dios mío,
tomarme por estas manos,
¡y disfrazar conmigo niebla a niebla
también tu grito!

(En: Hormigas en el pecho)

Ronald Campos López, costarricense.

Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama

Jugarretas a trasluz



"¿Quién, si yo gritara, me oiría desde las jerarquías
de los ángeles?... Todo ángel es terrible."
Rainer María Rilke

Lo nuestro es terrible:
Arribar como un niño a este mundo,
disfrazado para el viaje, y sin ser ya temible.

Lo nuestro es terrible...

Háblame, que no quiero
volverme esa palabra incesante para el silencio.
Tócame, porque ya, ¡ya ha sido demasiado tarde:
me he descubierto siendo Dios entre tus brazos!,
pues te besé tan sigilosamente,
que sobre tu boca estallaron lunas
rodeándolo todo, ¡todo, todo...!
Al final, sólo quedó
sobre tu sombra y mi sombra
este escarabajo cómplice
deshaciéndose en luz;
el resto fue sólo sombras.

¡Lo nuestro también es terrible!:
¡Esperar sobre el cuerpo
sólo un ángel furioso!
¡Y negar toda la vida cuando se ama,
cerrar los ojos y aventurar abrirlos contra
otro cuerpo que tampoco existe!

¡Lo tuyo es terrible!:
¡Convertirte en este ángel
tan lentamente ―repentinamente―,
que hasta incluso crees
que cuando ves en mí todavía es el mundo!

Lo nuestro también es terrible...

Mientras aguardan,
entrecerrados, nuestros ojos,
una mañana que tampoco comienza.

(En: Hormigas en el pecho)

La silla...



























"Ponla en pie ante Este Anciano, ella también teme
a Mi Persona. Porque Yo soy Jehová."
Levítico 19:32

La silla ha combatido
hasta poder amarte.
Ella se ha tomado como pretexto
solamente un café.

El mundo se ha detenido a descansar en ella
y tú, sencillamente,
¡sencillamente la has manchado!
Viniste a sentarte con luto entre las manos.
¡Viniste con el luto encubierto entre los labios!
Y luto en la camisa y los naranjos
y luto entre la herida y los zapatos
¡y luto en la madrugada y en el llanto!

La silla únicamente te ha mirado,
¡y sólo frente a ella estaba tu dolor en alto!
Ella sólo ha perseguido
su inquieta, azul, inquieta soledad:
¡Ella tan sólo te ha esperado!

Por eso dejadla en sus verticales
cuatro golpes,
porque ya has muerto
de frente sin poder morirte,
porque ya, ya has amado
¡y ahora sólo falta que partas tú!,
porque nadie mejor
que Yo para esperar tu sombra,
porque nadie, ¡nadie puede volver
sino siendo sólo otro con un golpe,
sólo un golpe de luz sobre sus hombros!

Ella tan sólo te ha esperado,
anciana sin sombrero entre la tarde.

La silla únicamente te ha mirado,
desde esta silla en que estabas
y ya no,
ya no podrás estar.

(En: Hormigas en el pecho)

Casa recostada

Ya quisiera ver yo esta casa,
incendiada toda de pasillo y de almuerzos,
y de madres...

Pero, últimamente,
me he sentado a platicar
con su dios de siete años,
quien desde el patio ha entrado
arrastrando consigo
la carcajada antigua
de su hamaca de cielos.

Y qué te dijera, si hasta
él mismo corre entre estos rincones,
recogiendo lagartijas y silencios y sus noches tan llenas
de conejos.
¿Qué te dijera...?,
si se recuesta sobre mi hombre como
sobre su propia muerte.

Si él es todas las voces
¡que cálidamente violentas
todavía me sentencian a la vida!
¡Si él es un niño de siete años,
que cruje arrastrando consigo
la tímida muerte aún colgada de mi bolsillo!

¡Y no!, ¡yo no quisiera
besar esta casa!,
pero últimamente, últimamente
me he sentado a platicar, a pie cruzado,
con su negra costumbre de gato maullándonos
cuartos de hora,
cuartos de hora azotándonos contra la muerte.

(En: Hormigas en el pecho)

A estribor del ángel
























Ser ángel es ser siempre
un delito.

Ser ángel es ser un niño, que sólo
tiene en la garganta apenas un barco atracando
hacia la muerte, con un dos
y en un dolor en alto estribor,
con un dos y un dolor
creyéndose irredento corazón.

Y fuera yo como Tú otros ángeles,
pero yo jamás, yo jamás
me he arrodillado tanto hasta besar
sobre la fruta augurios.

Yo jamás he comprendido
lo que es tirarse niño en plena tierra,
y someter contra otros ojos cada herida frente a frente
porque se tiene rocío,
como se tienen canicas
para canjear contra el olvido.

Ser ángel, es nacer
cada día, y todavía no saberlo.

(En: Hormigas en el pecho)

Hormigas en mi pecho

Heme, aquí tirado,
con un puñado de hormigas trepando por mi pecho,
de pronto trepando
hasta formar con manzana y miga y beso
mi corazón pequeño,
pequeño como un elefante,
como un elefante o su larga larga
verdad de marfil o de nieve;
¡de nieve!, como cuando decide
emprender su eterna caída
de fruta o hamaca sobre el mundo;
¡fruta... tal vez hamaca, elefante o trompa,
y sin embargo aún tan pequeño mi corazón!

Porque no es posible tener, en cambio,
un puñado de hormigas
o un zapato atorado
en el pecho, aprendiendo
lo que es ser hombre de corbata
o niño en alta tarde,
ay con el corazón cortado.

Heme aquí,
Dios mío, tirado,
y sin saber acaso cuándo
empezar a pronunciarme hombre,
porque hasta ahora,
hasta ahora sólo he sabido de mi silencio
en pleno rostro,
sitiando el corazón...

(En: Hormigas en el pecho)

¿Conocía usted sobre la poesía trascendentalista costarricense?

¿Cómo califica la poesía trasdendentalista de Ronald Campos?

¿Le interesaría conocer más sobre poesía trascendentalista?