

Ser ángel es ser siempre
un delito.
Ser ángel es ser un niño, que sólo
tiene en la garganta apenas un barco atracando
hacia la muerte, con un dos
y en un dolor en alto estribor,
con un dos y un dolor
creyéndose irredento corazón.
Y fuera yo como Tú otros ángeles,
pero yo jamás, yo jamás
me he arrodillado tanto hasta besar
sobre la fruta augurios.
Yo jamás he comprendido
lo que es tirarse niño en plena tierra,
y someter contra otros ojos cada herida frente a frente
porque se tiene rocío,
como se tienen canicas
para canjear contra el olvido.
Ser ángel, es nacer
cada día, y todavía no saberlo.
(En: Hormigas en el pecho)
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